BLOG DE CULTURA CLÁSICA DEL IES FRANCESC RIBALTA DE CASTELLÓN


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domingo, 11 de octubre de 2015

Cupido


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CUPIDO:


Es, en la mitología romana, el dios del deseo amoroso. Según la versión más difundida, es hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte, el dios de la guerra. Se le representa generalmente como un niño alado, con los ojos vendados y armado de arcoflechas y aljaba. Su equivalente en la mitología griega es Eros.

ETIMOLOGÍA: 

«Cupido» es una palabra latina emparentada con otras cuya etimología gira en torno al «deseo»:
Cupiditas: Deseo vehemente, apetito, ansia, pasión.
Cupidus: Deseoso, ansioso, apasionado, el que ama y desea con pasión.

 MITO:

Existen varias versiones acerca del nacimiento de Cupido. 
Según Séneca, es hijo de Venus y de Vulcano.
 Para Cicerón, eran distintos Cupido, hijo de la Noche y del Erebo, y el Amor, hijo de Júpiter y de Venus. El primero, violento y caprichoso; el segundo, suave y deleitoso.
Sin embargo, la versión más extendida, según la cual Cupido es hijo de Venus y de Marte, parece provenir de la fuente griega de Simónides de Ceos.
De acuerdo a esta última versión, Cupido nació en Chipre, como su madre, quien tuvo que esconderle en los bosques y dejar que fuera amamantado por fieras que sólo con él eran piadosas. Venus no osaba tenerle consigo, temiendo el rigor de Júpiter, quien, previendo todo el mal que el niño haría al universo, pretendía fulminarlo al nacer. El destino, sin embargo, permitió que Cupido se mantuviera a salvo. Se formó hermoso como su madre, y audaz como su padre, e incapaz de ser guiado por la razón, a la manera de sus selváticas nodrizas. En el bosque fabricó un arco con madera de fresno, y flechas de ciprés. Tiempo después, Venus le regaló arco y flechas de oro. Las flechas eran de dos especies: unas tenían punta de oro, para conceder el amor, mientras que otras la tenían de plomo, para sembrar el olvido y la ingratitud en los corazones. Además, se le concedió el poder de que ni los hombres ni los dioses, ni su propia madre ni aún su propio pecho fuesen inmunes a las heridas que produjeran sus flechas, como prueba el amor hacia Psique, al que él mismo se vio sometido. La nereida Tetis, el día de sus bodas con Peleo, obtuvo para Cupido el perdón de Júpiter, y la gracia de ser admitido entre los dioses patricios.
Venus se preocupaba porque su hijo no maduraba y no crecía, así que consultó con el Oráculo de Temis, que le dijo: «El amor no puede crecer sin pasión». Venus no entendió estas palabras hasta que nació su otro hijo, Anteros, que es el dios del amor correspondido y la pasión, o amor que corresponde al primero, y con el que Cupido no siempre está unido. Por eso se representa a Cupido como un niño con alas, para indicar que el amor suele pasar pronto, y con los ojos vendados para probar que el amor no ve el mérito o demérito de la persona a quien se dirige, ni sus defectos, mientras se fija en ella. Cupido además va armado con arco, aljaba y flechas, unas de oro para infundir amor, y otras de plomo para quitarlo. Cuando Anteros y Cupido andaban unidos, éste se transformaba en un joven hermoso, pero cuando se separaban volvía a ser un niño con los ojos vendados, un amor «travieso y ciego», como era representado.


1 comentario:

  1. ¿O sea que aquí el flechazo te lo busca la agencia matrimonial? ¿Crees que el amor es ciego? ¿ Perjudica seriamente la salud?

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