ANÍBAL, EL PEOR ENEMIGO DE ROMA
300 a.C el antiguo imperio de Cartago dominó en el Mediterráneo, hasta que fue derrotado en la guerra por Roma.
Amílcar Barca luchó anteriormente contra Roma, pero fueron derrotados y humillados. Por ello le hizo meter las manos a su hijo Aníbal en un cuenco lleno de sangre de animal. Mientras este decía “Juro que mientras viva seré un enemigo de Roma” y así fue.
Aníbal quería venganza y no iba a dejar las cosas así. Sagunto era una ciudad romana pero situada en territorio ibérico. Por lo tanto, si atacaban Sagunto la guerra empezaría porque estarían atacando a los romanos.
Cartago actuó lanzando bombas incendiarias hacia Sagunto.
La guerra ya había empezado.
El ejército cartaginés comenzó la ruta desde Cartago hacia Roma con miles de hombres y animales. Mientras caminaban se encontraron a un guía que les ofreció guiarlos, pero eso no salió bien. Ese hombre les hizo una emboscada.
La presencia de tropas romanas cercanas obligó a Aníbal a entrar en Italia cruzando los Alpes.
Aníbal tardó quince días en cruzar los Alpes. Tuvo que librar dos batallas contra los galos y ganó ambas, aunque con muchas pérdidas. Se acercaba el invierno y sus hombres tuvieron que soportar el frío y la nieve. Cuando llegó al norte de Italia, sus tropas se habían reducido a unos 26.000 hombres. Llegaron al valle de Po para que se uniese gente al ejército de Aníbal debido a las numerosas pérdidas que habían sufrido.
Mientras tanto, los romanos salieron en busca de los Cartagos y los encontraron.
Los romanos pensaban encontrarse a un ejército débil, sin fuerzas, sin recursos y con pocos hombres. Pero les sorprendieron cuando en la primera batalla, que fue Trebia, Roma fue derrotada por Cartago.
A Aníbal se le infectó un ojo por un parásito y eso le provocó la pérdida inmediata de ese ojo.
Romanos y Cartagos se volvieron a enfrentar en la batalla de Cannas. El ejército romano creía haber ganado pero los cartagos lo tenían todo preparado para poder derrotarlos. Los romanos se encontraron rodeados por tres lados y solo tuvieron una única solución que fue retroceder y con ello dando la victoria de esa batalla a los cartagineses.
Fue la batalla con más pérdidas, entre romanos y cartagos había más de 80.000 muertos.
Aníbal quiso llamar a su hermano Asdrúbal para que juntos atacaran Roma, pero este había fallecido. Aníbal perdió la esperanza de continuar luchando y decidió exiliarse por 1 año.
Pasado ese año llamaron a Aníbal para que volviese con las tropas a salvar Cartago, y aceptó.
Durante este tiempo el ejército cartaginés había perdido a sus aliados porque decidieron posicionarse con Roma.
La siguiente y última batalla no salió como Aníbal esperaba. El ejército de Cartago se encontraba encima de miles de elefantes, estos empezaron a correr hacia los romanos, pero lo que no sabían es que cuando llegaron a la altura de ellos, estos se abrieron y dejaron pasar a todos los elefantes y de esta manera dejarlos atrapados y matarlos. Miles y miles de elefantes murieron y los demás animales salieron corriendo cuando se percataron de la situación. Aníbal había ido con más de 50.000 hombres pero la mayoría fallecieron.
Esta batalla le dio la victoria a Roma y por ende el fin de la guerra.
Años después, Aníbal decidió quitarse la vida tomándose un veneno que guardaba en un anillo.