El pasado 12 de diciembre, una amiga y yo fuimos al Mercado Medieval de Castellón, y allí, nos compramos dos pulseras de
mariposa, animal que representa a la protagonista de una de las historias de amor más bonitas de la
mitología griega: la
diosa Psique.
Según la mitología, hace muchos años había un rey que tenía tres hijas, las tres eran bellísimas, pero la belleza de la hija menor, Psique, era sobrehumana, tanto que todos la adoraban como si se tratase de la reencarnación de Afrodita.
Sin embargo, Afrodita estaba celosa ante la belleza de Psique, y le pidió a su hijo, Eros (Cupido), que le pusiera fin a esa ofensa. La idea era que éste le disparase una de sus flechas para que se enamorara del hombre más horrible que existiera. Cuando consultaron al Oráculo, éste predijo que Psique se casaría en una montaña con un monstruo proveniente de otro mundo, por ello, la muchacha aceptó su destino, y sus padres la abandonaron en la cima de una montaña. Allí se la encontró Céfiro, quien en vez de abandonarla a su suerte, la elevó por los aires y la dejó en un valle sobre el césped. Psique, aturdida por tantas emociones, se quedó dormida y, al despertar, se encontró en medio del jardín de un maravilloso palacio. Al atardecer, la chica sintió una presencia a su lado, que era el esposo del que había hablado el Oráculo, pero no le pareció tan monstruoso como temía, ya que su voz era suave y amable y le hacía sentirse muy bien estando a su lado. Pero éste en ningún momento mostró su rostro, y le advirtió que, si lo veía, le perdería para siempre.
Así fueron las cosas a lo largo de las siguientes semanas: durante el día Psique permanecía sola en palacio y por la noche su marido se reunía con ella y eran muy felices. Pero un día, Psique sintió nostalgia de su familia, y rogó a su esposo que le dejara ir a visitarlos. Tras muchas suplicas, éste accedió y la llevó a la montaña donde la habían abandonado, para a que Psique caminara desde allí hasta su casa. Al llegar, todos la recibieron con alegría, pero sus hermanas no pudieron contener la envidia, y no pararon hasta que la pobre Psique les confesó que jamás había visto el rostro de su marido. Por ello, las hermanas la convencieron de la necesidad de descubrir quién era su marido, e idearon un plan.
Su idea era que Psique debía ocultar una lámpara y, mientras él dormía, encenderla para ver su rostro. Y así lo hizo, y cuando volvió, descubrió que su marido era un joven muy hermoso. Emocionada por el descubrimiento, le tembló la mano que sujetaba la lámpara, dejando caer una gota de cera caliente sobre su amado. Al sentirla, éste despertó y, cumpliendo su amenaza, huyó para no volver jamás.
Sola y desamparada, Psique se dedicó a errar por el mundo perseguida por la cólera de Afrodita que seguía indignada ante su belleza. Ninguna divinidad quiso ayudarla y, finalmente, cayó en manos de la diosa, que la encerró y atormentó de todas las maneras posibles.
Mientras tanto, Eros sufría muchísimo porque era incapaz de olvidar a Psique, y cuando supo que estaba inmersa en un sueño mágico, no lo pudo soportar. Por lo que voló hasta ella y la despertó de un flechazo, subió al Olimpo, y rogó a Zeus que le permitiese casarse con ella, aunque fuese mortal.
Zeus se compadeció de Eros, y otorgó la inmortalidad a Psique; después apaciguó la cólera de Afrodita, y ordenó el casamiento de éstos, que duraría para siempre.
Webgrafia: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Psique_(mitolog%C3%ADa)