Según la mitología romana, Silvia era hija de Numitor, rey de Alba Longa, el cual descendía de Eneas.
Sin embargo, cuando el hermano de Numitor, Amulio, ascendió al trono, obligó a Rea Silvia a convertirse en una Virgen Vestal, es decir, una sacerdotisa consagrada a la diosa Vesta. Las vestales debían guardar un periodo de celibato de treinta años, por lo que Silvia no podría tener herederos. No obstante, el dios Marte apareció una noche en un sueño de Silvia, y la violó en un bosque. De esta violación nacieron los gemelos Rómulo y Remo.
Cuando Amulio se enteró de esto, ordenó que se enterrara viva a Rea Silvia y que se matara a sus dos hijos. Pese a ello, el bondadoso siervo al que se le había ordenado la tarea, puso a los gemelos en un cesto en el río Tíber, y no los asesinó. El dios del río, Tiberino, encontró a los hermanos, y los dejó al cuidado de una loba, Luperca, que había perdido a sus propios cachorros, para que los amamantara. Además, el dios Tíber rescató a Rea Silvia y se casó con ella.
Años después, cuando los gemelos crecieron, fueron a Alba Longa, derrocaron a su tío-abuelo Amulio, y restablecieron en el trono de Alba Longa a Numitor.
Webgrafia: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Rea_Silvia
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