BLOG DE CULTURA CLÁSICA DEL IES FRANCESC RIBALTA DE CASTELLÓN


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martes, 19 de abril de 2016

CUADRO: VENUS Y MARTE SORPRENDIDOS POR VULCANO



Autor: Joachim Wtewael 
Año: 1601
Técnica: pintura sobre cobre 
Tamaño: 21 cm x 15,5 cm
Estilo: Manierismo
Localización: Mauritshuis, La Haya, Países Bajos 


SOBRE EL AUTOR: 



Joachim Wtewael (1566-1638), fue un pintor holandés que se movió dentro del manierismo. Su padre, pintor de vidrios, fue su primer maestro. Luego pasó al taller de Joss de Boer y de ahí marchó a Italia, donde estuvo al servicio de Carlos de Bourgneuf de Cucé, obispo de Saint-Malo. Allí permaneció dos años, de 1588 a 1590, viviendo en Padua, lo que le permitió familiarizarse con la pintura veneciana y la obra de Correggio y Jacopo Zucchi. Tras su paso por Italia, marchó a Francia con su señor, donde estuvo otros dos años, tras los cuales regresó a Utrecht, donde nació y desarrolló la mayor parte de su obra.






SOBRE EL MITO:
El mito atribuye a la diosa del amor, Venus, esposa de Vulcano, dios del fuego, numerosos amores. Marte, dios de la guerra, fue sorprendido en su compañía gracias a la trampa tendida por Vulcano, motivo de general hilaridad durante los banquetes divinos. Homero cuenta cómo, de madrugada, los dos amantes fueron sorprendidos por el Sol, que fue a contar la aventura a Vulcano. Éste preparó secretamente una trampa: se trataba de una red mágica, que sólo él podía accionar. Una noche en que los dos amantes se hallaban en el lecho de Venus, Vulcano cerró la red sobre ellos y llamó a todos los dioses del Olimpo. El espectáculo produjo en todos gran regocijo. A ruegos de Neptuno, Vulcano consintió en retirar la red, y la diosa escapó avergonzada, hacia Chipre, mientras Marte se dirigió a Tracia. De los amores de Venus y Marte nacieron Cupido, Deimo, Fobo y Harmonía. Frecuentemente se representa a los dos amantes mientras yacen juntos o en el momento de ser sorprendidos por Vulcano.

SOBRE EL CUADRO:
La historia que nos cuenta en esta deliciosa miniatura sobre cobre es muy conocida y la relatan, entre otros, Homero en la Odisea y Ovidio en las Metamorfosis.


Venus, diosa del amor, estaba casada con Vulcano, el más feo y deforme de los dioses olímpicos. Tuvo varios amantes, entre ellos Marte, dios de la guerra. Apolo, el dios del sol y el arte, que aparece sobrevolando la escena con un manto, descubrió el adulterio y le faltó tiempo para ir a contárselo a Vulcano. El dios herrero ideó entonces una estratagema para sorprender a los amantes y tomarse su venganza. Forjó una red de bronce, tan fino como una telaraña, y lo colgó sobre la cama de Venus.

Wtewael muestra la escena de una manera explícita, sin ambigüedades de ningún tipo. Al pie de la cama, amontonados en desorden, se acumulan la armadura y las armas del dios de la guerra. Junto a ellas también se ven unas zapatillas de color rosa, que parece ser la única prenda reconocible de la diosa. Marte y Venus yacen desnudos en el lecho con sus cuerpos entrelazados del uno sobre la otra, sorprendidos in fragante delicto. En ese momento Mercurio, reconocible por el caduceo y el sombrero rojo, levanta el cortinaje verde que oculta a la pareja, al tiempo que Vulcano, de espaldas a nosotros, con un vigoroso movimiento retira la red permitiendo a los dioses contemplar lo que creía un bochornoso espectáculo, aunque no parece que fuera ese el efecto que causa sobre ellos, que más que escandalizados se muestran divertidos. Júpiter se acerca a la izquierda de Mercurio llevado por su águila y asiendo uno de aquellos relámpagos que arrojaba en sus ataques de ira; tras él vemos a Minerva, representada con casco y que representa la sabiduría; también se muestra a Saturno, dios del tiempo, con su guadaña, sentado al lado de Diana, que representa la virginidad, por eso luce sobre su frente la media luna, símbolo de la castidad; al fondo, en la esquina superior izquierda una diosa envuelta en los rayos del sol, quizá Eos, la aurora, toca un instrumento musical parecido a una viola o un violín. Quizá con la presencia y la actitud de las diosas el pintor ironiza sobre el relato de Homero, que cuenta que las diosas evitaron la vergonzosa escena, lo que dista enormemente de lo que aquí vemos. Por último, sobre la cama revuelta, Cupido dirige sus flechas hacia Mercurio pero, ¿con qué intención? Homero nos cuenta que también Mercurio deseaba poseer a Venus, así pues, quizá con ese gesto el pintor quisiera convertir ese deseo en realidad o, por el contrario, se tratase de un último y desesperado intento por evitar que Mercurio desvelase la intimidad de la escena.

Realmente es admirable cómo Wtewael es capaz de concebir en un espacio tan reducido una escena tan compleja, con todo tipo de detalles plasmados con minuciosidad y representar todo tipo de elegantes y complicadas posturas físicas, con una acusada teatralidad, un rasgo puramente manierista. También lo son la suavidad de la pintura y la riqueza cromática, utilizando con gran maestría los cólores ácidos, con gran predilección por los rojos, amarillos, verdes y ocres, todos ellos de gran intensidad.
El uso del cobre, que se extendió a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, se prestaba muy bien a esa minuciosidad de la que hace gala Wtewael en estas obras, al permitir mayor sutileza en las gradaciones de los tonos y mayor intensidad de color que el lienzo, debido a su superficie dura y pulimentada.


FUENTES:
http://lineaserpentinata.blogspot.com.es/2014/05/joachim-wtewael-marte-y-venus.html
http://myrthia.blogspot.com.es/2009/02/11-venus-y-marte.html

2 comentarios:

  1. Parece mentira que haya 11 personajes en la pintura, cada uno con sus atributos de dios. Me gusta mucho este pintor.

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  2. Parece mentira que haya 11 personajes en la pintura, cada uno con sus atributos de dios. Me gusta mucho este pintor.

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