Venus y Adonis es un cuadro pintado por Tiziano en 1554 y que se encuentra expuesto en el Museo del Prado de Madrid.
La pintura ilustra uno de los episodios recogidos por Ovidio en sus famosasMetamorfosis. La obra ofrece una imagen de Venus parcialmente de espaldas, concebida por Tiziano para ser contemplada y contrapuesta a la Dánae, que él mismo había pintado poco antes, y con la intención de que ambas obras se mostrasen en la misma estancia en armónica contraposición. Ambas obras fueron concebidas para ser entregadas al rey Felipe II de España, junto con otras pinturas igualmente mitológicas, llamadas en su época Poesías, que actualmente se hallan dispersas en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Esta obra fue famosa, desde su primera exhibición, por el erotismo que expresa. Su principal singularidad radica en la actitud y postura de Venus: en lugar de una beldad pasiva que simplemente se deja seducir, aquí ella toma la iniciativa al intentar retener a Adonis.
Como de muchas de las obras de Tiziano, además de la versión «principal» existen varias réplicas, realizadas con más o menos intervención del taller, lo que acredita el éxito que la composición obtuvo. Ya hacia 1520 Tiziano había pintado una versión bastante diferente, ahora perdida pero que se conoce por una pequeña copia en acuarela. La única totalmente autógrafa que subsiste es la del Prado, y le siguen cinco versiones de calidad inferior, conservadas. Otra versión de buena calidad, pero con deterioros, se cita en una colección privada de Lausana.
El mito de Adonis es una leyenda siria a la que Hesíodo hace alusión.
"El rey de Siria, tenía una hija, Mirra, a quien la cólera de Afrodita impulsó a desear un incesto con su padre. Ayudada por su nodriza Hipólita, logró engañar a Tías, uniéndose con él durante doce noches ; pero a la duodécima, el padre se dio cuenta de la estratagema de su hija y, armado de su cuchillo, la persiguió para darle muerte. Ante el peligro, Mirra invocó la protección de los dioses, los cuales la transformaron en árbol: el árbol de la mirra.
Diez meses después, la corteza de este árbol se levantó, rompiéndose y dando salida a un niño, que recibió el nombre de Adonis. Afrodita, enternecida por la belleza de la criatura, la recogió y la confió en secreto a Perséfone para que la criara. Pero ésta se prendó a su vez del niño, y se negó a devolverlo a Afrodita. La disputa entre las dos diosas fue zanjada por Zeus, decidiéndose que Adonis viviría un tercio del año con Afrodita, otro, con Perséfone, y el tercero, donde le pluguiera. Pero Adonis pasaba siempre las dos terceras partes del año junto a Afrodita, y sólo una al lado de Perséfone. Más tarde, sin que se sepa a ciencia cierta por qué motivos, la cólera de Ártemis lanzó contra él un jabalí que, durante una cacería, lo hirió mortalmente. Este primer esbozo del mito, donde puede reconocerse el símbolo del misterio de la vegetación en este niño nacido de un árbol, que pasa un tercio del año bajo tierra y el resto del tiempo se remonta a la luz para unirse a la diosa de la primavera y del amor, fue luego embellecido y completado. Se precisó la causa de la maldición de Afrodita: Cencreis, madre de Esmirna y esposa haber salido de la tierra, simbolizando la de Cíniras, había ofendido a la diosa, al pretender que su hija era más hermosa que ella, y, en castigo de aquella falta, Afrodita inspiró a Esmirna un amor criminal. La moza, al comprender el carácter incestuoso de su pasión trató de ahorcarse; pero intervino su nodriza, aconsejándole que diese satisfacción a su amor. Consumado ya el incesto, la muchacha, avergonzada, fue a ocultarse en el bosque, donde Afrodita, apiadándose de su víctima, la convirtió en árbol. Y fue su padre quien con su espada rajó la corteza, sacando a luz al niño Adonis. O, según otra versión, habría sido un jabalí el que liberó al árbol del infante, al abrirlo con sus colmillos. La imaginación de los poetas helenísticos se recreó representando a Adonis educado por las Ninfas, y cazando o apacentando rebaños en el campo y el bosque. En cuanto a la catástrofe que causó su muerte, asegurábase que fue provocada, no por Ártemis, sino por los celos de Ares, el amante de Afrodita, o también que fue una venganza de Apolo contra esta diosa, por haber cegado a Enmanto, hijo del dios, cuando la vio desnuda mientras se bañaba.
La leyenda de Adonis se sitúa, ora en el monte ldalio, ora en el Líbano. Por Biblo pasaba un río, llamado Adonis, que todos los años tomaba un tinte rojo el día en que se conmemoraba la muerte del mancebo."
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