BLOG DE CULTURA CLÁSICA DEL IES FRANCESC RIBALTA DE CASTELLÓN


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domingo, 14 de abril de 2024

¿Lejía en honor a un héroe griego?

El otro día, fui con mi padre a hacer la compra semanal a un supermercado, y como es obvio, no podían faltar los productos de limpieza. Sin embargo, esta vez me dió por fijarme en uno de los artículos que teníamos en la cesta, la lejía, de marca Ajax, y me di cuenta que su nombre hacía referencia a uno de los héroes más grandes de la mitología griega: Áyax, el grande.


Ájax, hijo de Telamón, rey de Salamina, y Peribea, es un legendario guerrero que peleó con coraje y destreza en la Guerra de Troya, considerándosele el único héroe homérico, es decir, que debía todos sus triunfos a su ser humano, ya que a pesar de no haber recibido ayuda por parte de ningún dios, no fue herido en ninguna de las batallas.


Durante la Guerra de Troya, Ájax luchó contra Héctor en dos ocasiones: la primera fue en un duelo que duró todo un día, sin que hubiera un vencedor y, la segunda, fue durante una incursión de los troyanos en el campamento de los aqueos, en la que Ájax y Héctor pelearon en los barcos griegos, donde casi consigue matarlo arrojándole una gran piedra.


Cuando Héctor mató a Patroclo, los troyanos intentaron hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros, pero Ájax luchó, protegiéndo el cadáver y devolviéndoselo a su amigo Aquiles. Posteriormente, cuando éste murió tras ser alcanzado por una flecha de Paris, Ájax y Odiseo consiguieron recuperar el cuerpo de éste para llevarlo al campamento griego y realizar su funeral.


Tras ello, ambos héroes reclamaron la armadura de Aquiles como recompensa por sus esfuerzos y, tras una disputa, Odiseo la recibió, por lo que Ájax enloqueció de furia, tanta, que un día confundió un rebaño de ovejas con Odiseo y Agamenón y mató a todos los animales.


Cuando éste despertó de su locura, vió que había deshonrado su espada con sangre de animales domésticos, y decidió quitarse la vida antes que vivir en la vergüenza. Para ello, utilizó la espada de Héctor, que este le había entregado como ofrenda de honor tras su primer duelo. Tras su muerte, creció una flor de jacinto donde cayó su sangre, cuyos pétalos llevaban marcadas las dos primeras letras de su nombre en griego.


Cuentan que durante el descenso de Odiseo al Inframundo, éste pudo ver el alma de Ájax entre los muertos pero, aunque trató de hablar con él, el alma de Áyax no quiso responder, ya que seguía teniendo resentimiento por no haber obtenido las armas de Aquiles en la disputa.


Webgrafia:
https://es.m.wikipedia.org/wiki/%C3%81yax_el_Grande

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