Isabel Rodríguez Baquero
Penélope
No creáis mi historia:
los hombres la forjaron
para que el sacro fuego de inventados hogares
no se apagara nunca en femeniles lámparas.
No creáis mi historia
Ni yo esperaba a Ulises
Tantas Troyas y mares y distancias y olvidos...,
ni mi urdimbre de tela
desurdida de noche
se trenzaba en su nombre.
Mi tela era mi escudo,
no del honor de Ulises,
no de la insomne espera
del ya más extranjero
que los lejanos príncipes que acechaban mi tálamo.
Y si el arco de Ulises
esperaba su brazo,
es porque yo al arquero
sólo desdén profeso,
y nada me interesan sus símbolos de pureza:
sus espadas, sus arcos,
sus tremolantes cascos
y las espesas sangres
de su inútil combate.
No creáis en mi historia
Cuando volvió el ausente
me encontró defendiendo con mi ingeniosa urdimbre
mi derecho inviolable al tálamo vacío,
a la paz de mis noches,
al buscado silencio:
la soledad es un lujo que los dioses envidian.
http://amediavoz.com/rodriguezb.htm
ISABEL RODRÍGUEZ BAQUERO:
Poeta y novelista española nacida en Madrid en 1938.
Su infancia transcurrió en un gran ambiente cultural hogareño que la impregnó desde niña de cultura clásica. Es Licenciada en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid y tiene una vasta experiencia en la enseñanza de la Lengua, en Madrid, Barcelona y Durango. Actualmente se dedica a la docencia en Priego de Córdoba.
Su poesía, según ella reconoce, es el producto de la influencia que en ella ejercieron escritores como Baudelaire, Blas de Otero, Cernuda, Antonio Machado, Guerlain, Aleixandre y Neruda, entre otros.
De los galardones recibidos merecen destacarse: el Segundo Premio de la Real Academia de Córdoba en 1977, el Premio Antonio Machado de Poesía para Profesores de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en 1984, los Primeros Premios de Poesía y Narrativa Mujer arte de Lucena, Córdoba en 1992, y el Premio de Poesía Dolores Ibarruri de Andújar, Jaén en 1999.
De sus once libros de poesía se destacan especialmente: «Íntimo Laberinto», «El Grito del Estornino», «Tiempo de Lilas», «Los Rosales Oscuros», «Ardiendo en el Ocaso», «El Punto de Vista», y su antología «Caleidoscopio».
MITO: PENÉLOPE
Penélope era hija del rey Ícaro de Esparta y de la ninfa Periboa. Fue la esposa de Ulises, rey de Ítaca y el más sabio de todos los héroes griegos de la Guerra de Troya (ver Ulises). El matrimonio tenía un hijo llamado Telémaco. Durante los 20 años de ausencia de su marido, a causa de la guerra y del largo camino de regreso a casa, Penélope demostró ser una esposa fiel y tan imaginativa como Ulises, manteniendo a su marido en la memoria y resistiendo la presión de los nobles de Ítaca que pretendían casarse con ella.
Consiguió engañar durante todos esos largos años a todos sus pretendientes, que disponían sin estorbo de las viandas de su palacio. Les mantuvo entretenidos, haciéndoles creer que se casaría con uno de ellos cuando terminase de tejer el sudario de su suegro Laertes. Pasaba los días haciendo ver cómo tejía sin descanso y las noches destejiendo, demostrando que su inteligencia solamente podía compararse a la de su marido, que finalmente llegó a Ítaca para vengarse y matar a todos los pretendientes. Hasta que Ulises no le reveló que conocía el secreto de una de las patas de la cama que él mismo había hecho con una rama de olivo plantado cerca de su palacio, Penélope no se convenció de que era su marido el que había regresado. Después de su reunión, Penélope y Ulises vivieron felices durante muchos años.
De todos los fabulosos personajes que la epopeya homérica nos llegó, Penélope, el personaje femenino que ha alcanzado mayor relevancia dentro de la historiografía literaria: Homero nos la pinta hermosa, fiel y prudente, suerte de mujer inverosímil, virtuosa a toda prueba, que guardó veinte años de tenaz fidelidad a su marido ausente, soportando valerosamente los tentadores asedios de poco más de una centena de pretendientes; mientras Ulises peleaba diez años en la guerra de Troya y pasaba otros diez, de infortunios y retrasos —animados por retozos y escarceos en brazos de Circe y Calipso— en el regreso a Itaca.
La soledad es mala consejera, razón por la cual Penélope ha adquirido más que sobrados méritos para haber pasado a la historia por exorcizar efectivamente los inevitables demonios de los bajos instintos que veinte años de castidad se encargaron de avivar.
La fiel, recatada, casta y prudente Penélope se entregó entonces en brazos del todavía vigoroso Ulises a disfrutar del deseable amor entre los esposos y del deleite de la conversación , momentos en que ambos se harán confidencias del por fin tiempo pasado en que los dioses y el destino los tuvieron separados. Penélope será motivo de conversación en tierra, cielo e infierno: los vivos la pretenden —sea por pasión o por interés político— los dioses la aprueban y los muertos la envidian.
SOBRE EL POEMA:
Durante el siglo XX, nuevas voces masculinas y femeninas hicieron a la itacense protagonista de aventuras y desventuras Las voces femeninas nos representaron a una Penélope más auténtica y humana como protagonista, que surge clamando por un lugar dentro del contexto de la vida humana, que exige ser tomada en cuenta en lugar de permanecer en el claustro hogareño en que se le restringía; que no está dispuesta a que la llegada de Ulises, ya un perfecto desconocido, desmorone el mundo privado que ha podido construir. Es un esfuerzo deliberado y costoso que implica hablar desde la perspectiva de la mujer, esfuerzo relacionado con imposiciones mantenidas por siglos. Por el contrario, las voces masculinas nos entregaron una mujer que se desenvuelve entre una tradicionalidad complaciente, y la rebelión y desobediencia sancionadas acerba y negativamente.Algunos de estos autores son :El cubano Luis Rogelio Nogueras,la salvadoreña Claribel Alegría, Marjorie Agosín, Ida Gramko
Isabel Rodríguez va aún más allá y defiende el derecho de la mujer a su intimidad y privacidad sin la obligatoriedad de estar unida a algún hombre para obtener una valoración positiva por parte de la sociedad. Deja de lado el condicionamiento mental dado por los procesos socioeducativos androcéntricos que obligaban a la mujer a enseñar esta clave conceptual para mantener a sus iguales atadas al condicionamiento de no ser nada si no se es esposa-mujer o madre de alguno.
Por eso en el poema dice en la primer estrofa: ''No creais mi historia , los hombres la aforjan''. Ella no esperaba a Ulises , ni tejía en honor a el, solo lo utilizaba de escudo para que otros ''príncipes'' no acecharan su tálamo. A ella ya no le interesaba todo aquello que había dejado atrás (sus símbolos de pureza) y por lo que se había marchado (su combate). Y al volver Ulises la encontró tejiendo , tan solo para su derecho ''inviolable'' que era el silencio de sus noches , su soledad y su paz, que lo denomina como '' algo que los dioses envidian''.
http://amediavoz.com/rodriguezb.htm
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/penelope/
http://www.monografias.com/trabajos30/discurso-sexualizado-reelaboracion-mito-penelope/discurso-sexualizado-reelaboracion-mito-penelope.shtml
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/penelope/
http://www.monografias.com/trabajos30/discurso-sexualizado-reelaboracion-mito-penelope/discurso-sexualizado-reelaboracion-mito-penelope.shtml
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