Hay muchas parejas mitológicas a lo largo y ancho de la cultura grecorromana. La que yo elegí fue la pareja de Pigmalión y Galatea, una bastante curiosa que nos puede recordar a Frankenstein cambiando el género novelístico (de terror a romance). Nos la relata Ovidio en las Metamorfosis, aunque más que una transformación a mí me gusta ver esta historia como la de un nacimiento.
Pigmalión era un rey de Chipre obsesionado con encontrar a la mujer perfecta. Tan exigente era (ríete tú de los del anuncio de "solteros exigentes") que no hallaba a una mujer capaz de cumplir con sus expectativas. Frustrado, decepcionado, llenó ese vacío de su interior esculpiendo estatuas de mujer. Una de ellas era tan perfecta a sus ojos que quedó realmente satisfecho con su trabajo. Afrodita fue conmovida por esto y le dio vida a la estatua: Galatea. Es uno de aquellos mitos griegos que te dejan con una sonrisilla en la boca porque ellos sí vivieron y comieron perdices, no como tantos otros.
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Pigmalión como profesor de Escultura y su querida Galatea trayéndole la comida al trabajo
No es el primer ni el último referente de Pigmalión y Galatea. En la literatura, además del Frankenstein, encontramos Herbert West: The Reanimator, de Lovecraft, y decenas de poemas llamados "Pigmalión", como los de John Marston, William Bell Scot o David Kimel. Aquí pongo un enlace al del último poeta mencionado.
También se dice que Pigmalión y Galatea son una versión primitiva de Pinocho, con la salvedad de que es el propio Pinocho el que debe esforzarse para ser un niño de verdad, no Gepetto quien ha de implorar al ser superior (Afrodita-Hada azul)
Este cuadro, por ejemplo, de Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson, representa el exacto momento del nacimiento de Galatea, desnuda, cuya mano trata de juntar Cupido a la de Pigmalión. Hay otras muchas obras pictóricas, esta solo es una. La mayoría son hermosas, aunque hay otras (adjunto la de Thomas Rowlandson) que son casi burlescas, "modernizando" el mito.
Aun así, es una bonita muestra de mitología griega en la que no corren la sangre ni se masca la tragedia.
El mito ovidiano de Pigmalión es recogido en la obra de teatro Pigmalión por George Bernard Shaw, en la cual se basa, a su vez, la película musical de 1964, dirigida po George Cukor e interpretada por Audrey Hepburn y Rex Harrison, My fair lady .
ResponderEliminarPara profundizar .