El
ciervo o venado es un animal esbelto, robusto, bien conformado y de porte
majestuoso y altivo.
El ciervo que conocemos nosotros es
una especie muy antigua, de modo que se estima que hace unos
400.000 años
tanto el ciervo como su cornamenta comenzaron a configurarse con sus actuales
características, aun cuando en los años posteriores evolucionó la forma de la
cuerna hasta hacerse más compleja en la corona de puntas que caracteriza a
los machos adultos.
El ciervo es
más activo durante el amanecer y atardecer, siendo su periodo de menos
actividad el centro del día.
Es una especie marcadamente errática, de forma
que raramente pasa más de un día en un mismo lugar, sin molestarse nunca en
preparar un encame.
Ahora
que hemos visto las características del ciervo , también hay que
comentar la importancia del ciervo en la mitología, ya que aparece en
más mitos.
El mito de Diana y Acteón
En
la mitología romana, Diana era la diosa virgen de la caza, protectora
de la naturaleza y lunar. Su diosa griega equivalente en la literatura
es Artemisa, si bien en cuanto a culto era de origen itálico .
Diana era hija de Júpiter y Latona.
Siendo testigo de los dolores del parto de su madre, concibió tal
aversión hacia el matrimonio que pidió y obtuvo de su padre la gracia de
guardar perpetua virginidad, como su hermana Minerva. Por esta razón estas dos diosas recibieron del oráculo de Apolo el nombre de «vírgenes blancas».
En una ocasión en que cazaba por los bosques, Acteón , hijo de Aristeo y de Antonea, vio a Diana con sus Ninfas que tomaban un baño. El joven no se retiró sino que se quedó contemplando la escena con sus mortales ojos , extasiado ante la visión de la belleza de la diosa.
Diana ,al sentirse observada , lo castigo duramente : lo conviertio en un ciervo y excito contra él a sus perros. Acteón conservo su consciencia humana e intento hablar con los perros , pero los perros no lo reconocieron . Finalmente los perros mataron a Acteón .
El mito de Ifigenia
Ifigenia era una de las hijas del rey Agamenón y Clitemnestra. Su
historia no fue desarrollada por Homero, pero sí por los trágicos
posteriores como Eurípides, y aparece en las epopeyas cílcicas.
Agamenón
se había ganado la cólera de la diosa Artemisa, ya que su gente caza a
uno de los venados sagrados de la diosa ,el ciervo. Debido a esto, la flota aquea
del rey que venía de luchar en Troya estaba detenida en Aulide sin poder
partir.
El adivino Calcante fue interogado para saber cómo
apalcar a la diosa, y la respuesta fue que se debía sacrificar a
Ifigenia en nombre de la diosa Artemisa, para que ésta los dejara
partir. El rey al principio se negó, pero al no haber otra solución,
consintió en hacer el sacrificio.
Así, mandó a llamar a su hija
que se encontraba en Micenas con su madre, con el pretexto de prometerla
al héroe Aquiles. Cuando llegara, el adivino Calcante sería el
encargado de inmolarla en nombre de la diosa encolerizada.
Según
cuenta la versión más conocida, cuando Ifigenia llegó y el sacrificio se
iba a realizar, la diosa se apiadó de la joven, y puso en su lugar una
cierva. Se llevó a Ifigenia a Tauride, donde la convirtió en su
sacerdotiza.
El mito de Heracles y la Cierva de Cerinea
La Cierva de Cerinea era una criatura fantástica de la mitología griega. Fue el tercero de los trabajos de Heracles. Heracles debía capturar a la cierva para llevarla viva a Micenas y entregarla a Euristeo.
La Cierva de Cerinea tenía pezuñas de bronce y cornamenta de oro, estaba consagrada por la pléyade Táigete a la diosa Artemisa,ya que era una de las cinco ciervas que la diosa había intentado capturar para engancharlas a su carro y había sido la única que había logrado escapar.
La cierva era muy veloz, y no le resultaría fácil a Heracles atraparla: la persiguió
día y noche sin descanso hasta el país de los Hiperbóreos. Allí la capturó mientras abrevaba, y después la llevó a Euristeo. Heracles tardó un año en capturarla.
Heracles era consciente de que si derramaba una sola gota de sangre
de la cierva tendría que dar explicaciones, y sufrir el consiguiente
castigo. Aprovechando que la cierva estaba bebiendo, Heracles le
atravesó las dos patas por la piel utilizando una flecha que hizo pasar
entre el tendón y el hueso, sin llegar a derramar su sangre. Una vez
inmovilizada, la apresó y la llevó a Micenas.
Su gran hazaña sirvió de
ejemplo a otros muchos héroes de la antigüedad.
Sólo apuntar que el nombre científico del ciervo es cervus elaphus, del latín cervus (ciervo) y el griego ἔλαφος (ciervo).
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