Esta
obra desarrolla el conocido tema de las Metamorfosis de Ovidio del
rey Midas de Frigia.En el cuadro se puede observar claramente como Midas está ante Baco pidiéndole el deseo, estando en la fiesta tal como se cuenta en la mitología que os la contaré más abajo.
En un primer plano, se destaca a los dos personajes con la ayuda de los colores; roja la vestimenta de Baco; marrón y azul marino la vestimenta de Midas.
El cuadro no tiene mayor complicación, ya que cada uno de nosotros puede observar que los demás personajes están ya decaídos a causa del vino que se ha bebido en la fiesta.Se nos muestra en la parte inferior un niño acostado y junto a el la jarra de vino. Al lado de Baco se muestra un personajes de tal manera y al fondo del cuadro a la derecha también.
En un primer plano, se destaca a los dos personajes con la ayuda de los colores; roja la vestimenta de Baco; marrón y azul marino la vestimenta de Midas.
El cuadro no tiene mayor complicación, ya que cada uno de nosotros puede observar que los demás personajes están ya decaídos a causa del vino que se ha bebido en la fiesta.Se nos muestra en la parte inferior un niño acostado y junto a el la jarra de vino. Al lado de Baco se muestra un personajes de tal manera y al fondo del cuadro a la derecha también.
Estaba
un día Baco, el dios del vino,comiendo con el rey Midas.Después
de haber disfrutado de una deliciosa comida, en agradecimiento a tan
generosa hospitalidad, Baco le concedió al rey un deseo, pudiendo
elegir cualquier cosa que quisiera.
Encantado con esta oportunidad que se le presentaba, decidió pedirle que todo lo tocara se convirtiera en oro, y lo miró con incredulidad teniendo la certeza que este pedido era imposible de satisfacer.
Encantado con esta oportunidad que se le presentaba, decidió pedirle que todo lo tocara se convirtiera en oro, y lo miró con incredulidad teniendo la certeza que este pedido era imposible de satisfacer.
El
dios Baco se decepcionó con su pedido, teniendo en cuenta que el rey
Midas ya era muy rico, pero éste insistió diciéndole que el oro
nunca era suficiente.
Convencido
que eso era lo que el rey deseaba, decidió concedérselo tal como lo
había prometido y luego se marchó.
El
rey Midas al ver al dios Baco alejarse con su caballo levantó la
mano para saludarlo y sin querer rozó con sus dedos la rama de un
hermoso árbol e inmediatamente esa rama se transformó en oro.
Enloquecido de felicidad por ver su deseo cumplido, observó a su alrededor, tomó una piedra del piso y con gran alegría pudo ver que ésta se convertía en oro al instante y que la arena que tocaban sus pies también se transformaban en granos de oro.
De
la gran alegría que sentía, no pudo evitar ponerse a gritar a los
cuatro vientos diciéndoles a todos que era el hombre más rico del
mundo.
A
su paso todo a su alrededor se convertía en oro, los campos
sembrados, las plantaciones de maíz, los frutos de los árboles, y
hasta las paredes de su propio palacio.
Los
sirvientes no podían creer lo que veían y no se atrevían a
acercarse al rey que bailaba como un loco en el jardín rodeado de
plantas y flores de oro, por temor de quedar convertidos ellos
también en estatuas de oro.
Todos
se pusieron a festejar muy contentos de ver a su rey tan feliz
lavándose las manos en el agua de una hermosa fuente que pronto se
convirtió también en oro.
Una
vez que se calmó su entusiasmo y se sintió cansado y hambriento
pidió a sus sirvientes que le sirvieran su comida.
Un
fabuloso banquete estuvo a su disposición de inmediato y el rey se
sentó a la mesa con la intención de disfrutar de todos esos
exquisitos manjares. Pero grande fue su decepción cuando se llevó a
la boca un trozo de sabrosa carne y ésta se transformó en oro.
Midas
quedó desconcertado y tomó con más cuidado un trozo de pan
crujiente, pero apenas lo tocó también se convirtió en oro.
Así
se dio cuenta que su vida corría peligro, porque tampoco podía
ingerir agua ni bebida alguna porque se transformaba en el dorado
metal.
Desesperado,
se puso de rodillas y elevando sus brazos al cielo se arrepintió de
haber sido tan ambicioso y rogó al dios Baco que lo liberara de su
codicioso deseo que seguramente lo mataría.
Sus
sirvientes se compadecieron de él pero vanos eran sus intentos para
ayudarlo; hasta que de pronto, el dios Baco apareció imprevistamente
en el jardín del palacio, alegre como siempre, se puso frente al rey
que permanecía arrodillado y le dijo que se levantara.
Señalándole
que había sido ambicioso y necio, lo tranquilizó diciéndole que lo
perdonaría, debiendo sumergiera en el río para deshacer el hechizo.
Así,
el rey Midas aprendió la lección y regresó a su palacio muy feliz
a saciar su sed y su apetito, con la serena convicción de que de
ahora en adelante no sería más un hombre tan necio y codicioso.
Este mito nos enseña que todos los seres humanos tienen que ser cuidadosos con lo que desean, porque los sueños se pueden hacer realidad y a veces, se pueden volver contra nosotros.
Fuentes:Wikipedia
http://www.artehistoria.com/v2/obras/5284.html
¿Podrías decirnos quienes son los personajes del cuadro?
ResponderEliminarSí, ya he explicado quienes son los personajes del cuadro.
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