BLOG DE CULTURA CLÁSICA DEL IES FRANCESC RIBALTA DE CASTELLÓN


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martes, 6 de enero de 2015

3 películas que modernizan los mitos griegos ( part 2 )

My Fair Lady (George Cukor, 1964)


El mito: Tras constatar que las mujeres de la isla de Chipre eran unos pendones desorejados (no por nada su patrona era Afrodita), el rey Pigmalión esculpió a su chica perfecta, bautizándola como Galatea. Compadeciéndose de él, la diosa dio vida a la imagen.

La película: En el mito clásico, Pigmalión despertó a su estatua mediante un beso y un magreo pectoral (juramos que no es broma). En la obra de Bernard Shaw que adapta My Fair Lady, el profesor Higgins (Rex Harrison) precisa de unas cuantas clases de lingüística y buenos modales para conquistar el corazón de Eliza (Audrey Hepburn), florista de los barrios bajos londinenses metamorfoseada en señorita victoriana.





Orfeo negro (Marcel Camus, 1959)

El mito: Volvemos a encontrarnos con el cantor de Tracia, esta vez llevado al cine por dos ilustres colegas suyos: Vinicius de Moráes y Antonio Carlos Jobim, ambos titanes de la música brasileña. El primero pone el guión, y el segundo canciones tan tremendas como A felicidade.

La película: Mucho menos cultureta, pero igual de febril que la versión de Cocteau, Orfeo negro se lleva a sus personajes a las favelas de Rio de Janeiro. El protagonista es un conductor de tranvía, su difunta amada una bailarina de samba, y el viaje por el reino de Hades tiene lugar durante una ceremonia de candomblé. La película, con una banda sonora de las que hacen época, es una de las favoritas de Barack Obama: qué cosas.





The Spirit (Frank Miller, 2008)



El mito: Pues sí, lector: aunque no te lo creas, el despropósito de Frank Miller tiene mucho que ver con la mitología griega. En él aparece el vellocino de oro, pelaje del carnero volador que salvó a los hermanos Frixo y Hele, robado después con malas artes por Jasón y sus argonautas.

La película: Puede que Miller, gran aficionado a las cosas de la Grecia clásica , quisiera darle un aire de respetabilidad a su filme tirando de mitología. Pero entre la interpretación desnortada de Gabriel Macht, la dirección indescifrable y el acento de Paz Vega, aquello no había por dónde cogerlo. Bueno, sí: los disfraces de Scarlett Johansson tenían su punto.


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