En la mitología griega, Helios (en griego antiguo Ἥλιος Hếlios, ‘sol’) es la personificación del Sol y el himno homérico lo identifican con un hijo de los titanes Hiperión y Tea (Hesíodo) o Eurifaesa (himno homérico) y hermano de las diosas Selene, la luna, y Eos, la aurora. Sin embargo, Homero lo llama a menudo simplemente Titán o Hiperión.
El sol, fuente de luz y de vida, siempre ha sido venerado por el hombre desde la infancia de la humanidad. Su calor abriga y su luz ilumina, protegiendo a los hombres de los peligros desconocidos de la oscuridad. Lo griegos les dieron forma humana a sus dioses y en el caso del sol, su personificación fue Helios.
En la mitología griega, Helios era el hijo de dos titanes: su padre fue Hiperión y su madre Tea, quien protegía la vista y dotaba al oro, la plata y las gemas con su resplandeciente brillo característico, llamada también Eurifaesa por Homero. Sus hermanas eran Selene, la diosa de la luna, y Eos, la aurora.
Los griegos figuraron en su imaginería a Helios como un joven de gran belleza, coronado con la brillante aureola del sol, que todos los días recorría los cielos con su carro tirado por toros solares o cuatro corceles que arrojan fuego de sus fauces llamados: Flegonte (“ardiente”), Aetón (“resplandeciente”), Pirois (“ígneo”) y Éoo (“amanecer”). Este recorrido maraca el inicio y el final del día.
La leyenda más popular acerca de este dios nos cuenta que sedujo a Clímene, una oceánide (hija de Océano y Tetis) que era esposa de Merope, rey de Etiopía. Otras versiones afirman que era esposa legítima de Helios. De su unión nació Faetón, el imprudente muchacho que intentó conducir el carro de su padre por el cielo, pero no pudo controlarlo y se precipitó sobre la Tierra, incendiándola. Otra versión cuenta que en el carro Faetón corre tan por encima de su curso habitual que la Tierra tiembla, y se acercan tanto que los campos se queman, lo cual enfada a Zeus y acaba matando a Faetón con un rayo. Este mito está relacionado con el calendario, atribuible a los hititas y luego a los mesopotámicos, marcando la renovación del año en el solsticio de invierno.
Helios fue venerado en toda Grecia, sobre todo en Rodas, donde le dedicaron una de las Siete Maravillas del Mundo: el Coloso, una representación del tan adorado dios. A partir del período helenístico, se comenzó a relacionar al multifacético dios Apolo con el sol en los cultos, y por ende, con Helios.
REFERENTES de Helios.
ResponderEliminarEl elemento Helio. ¿Conservas Helios ?