El prometio es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es Pm y su número atómico es 61. Algún tiempo se le denominó ilinio (por Illinois). Aunque, tras la observación de ciertas líneas espectrales, algunos científicos han reclamado haber descubierto este elemento en la naturaleza, nadie ha podido aislarlo de sustancias naturales.
l nombre del prometio proviene del griego Prometheus, nombre de una figura mitológica muy particular, quien robó el fuego a los dioses y se lo enseñó secretamente a los Hombres, razón por la cual fue condenado por Zeus a un eterno y agónico castigo. El descubrimiento del prometio tiene cierto carácter bastante controversial, pero existe un consenso en el hecho de que fue el profesor de química checo Bohuslav Brauner quien descubrió el prometio en realidad tras señalar la ausencia de un elemento entre neodimio y samario, en el grupo de los lantánidos.
En el año 1914, el físico británico Henry Moseley confirmó dicho descubrimiento. En 1941, en la Universidad de Ohio, se produjo un complejo grupo de materiales radiactivos, entre los cuales se encontraba el prometio. Este se consiguió tras la irradiación de neodimio y praseodimio con neutrones, deuterones y partículas alfa. Actualmente, el aislamiento del prometio se le atribuye a los científicos norteamericanos Jacob A. Mariinski, Lawrence E. Glendenin y Charles D. Coryell.
El prometio, obviamente, pertenece entonces al grupo de los elementos conocidos como los “lantánidos” o las “tierras raras” y sus propiedades son muy similares a las del resto de los lantánidos, solo que con este en particular, hay que hacer determinadas consideraciones especiales, pues puede resultar sumamente peligroso. El prometio debe manejarse con cuidado, ya que puede generar rayos-x de alta potencia. Por su radiactividad, las sales del prometio emiten un brillo que va de un característico azul blancuzco a un verde pálido en la oscuridad.
Este elemento sólo puede producirse de forma artificial y aunque no se encuentra en la corteza terrestre, abunda en la constelación de Andrómeda. Actualmente, el prometio se produce a partir de los subproductos de la fisión del uranio y el bombardeo de neodimio-146 con neutrones.
Los usos de este extraño elemento están directamente relacionados al sector industrial y más precisamente al nuclear. Su uso es fundamental como fuente beta para medidores de espesor y puede usarse como batería de propulsión nuclear a través de la captura de luz en células fotoeléctricas que se convierten en corriente eléctrica. Los primeros marcapasos también se construían con prometio y proporcionan energía auxiliar para sondas espaciales y satélites.
Así mismo el prometio se podría usar:
-Como fuente portátil de rayos X
-En generadores termoeléctricos de radioisótopos para suministrar electricidad a sondas exoespaciales (espacio exterior) y satélites
-Como fuente radioactiva para instrumentos de medición de espesores; d) para elaborar láseres destinados a comunicación con submarinos en su ámbito habitual (sumergidos).
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