El arsénico es un elemento químico cuyo símbolo es As y su número atómico es 33. En la tabla de los elementos se encuentra en el quinto grupo principal y pertenece al los metaloides, ya que muestra propiedades intermedias entre los metales y los no metales. El arsénico fue descubierto por San Alberto Magno en 1250. Su etimología viene del griego άρσεν, macho, vigoroso, enérgico y a su vez del persa zarnikh (oro) a través del arabe al-zerning. El oropimente, surfuro de arsénico, era conocido y muy usado en la antiguedad como medicamento sabiendo que es muy tóxico y venenoso. Y en la actualidad el arsénico es utilizado para la fabricación de:
Semiconductores
Herbisidas
El arsénico se presenta en tres estados alotrópicos, gris metálico, amarillo y negro.
El arsénico gris metálico (forma α) es la forma estable en condiciones
normales y tiene estructura romboédrica, es un buen conductor del calor
pero pobre conductor eléctrico, su densidad es de 5,73 g/cm³, es
deleznable y pierde el lustre metálico expuesto al aire.
El arsénico “amarillo” (forma γ) se obtiene cuando el vapor de
arsénico se enfría muy rápidamente. Es extremadamente volátil y más
reactivo que el arsénico metálico y presenta fosforescencia a temperatura ambiente. El gas está constituido por moléculas tetraédricas de As4 de forma análoga al fósforo
y el sólido formado por la condensación del gas tiene estructura
cúbica, es de textura jabonosa y tiene una densidad aproximada de
1,97 g/cm³. Expuesto a la luz o al calor revierte a la forma estable
(gris). También se denomina arsénico amarillo al oropimente, mineral de
trisulfuro de arsénico.
Y la última el arsénico “negro” (forma β) de
estructura hexagonal y densidad 4,7 g/cm³, tiene propiedades intermedias
entre las formas alotrópicas descritas y se obtiene en la
descomposición térmica de la arsina o bien enfriando lentamente el vapor de arsénico.
Según la historia antigua, Dioscórides y Plinio conocían las propiedades del oropimente y el rejalgar y Celso Aureliano, Galeno e Isidoro Largus
sabían de sus efectos irritantes, tóxicos, corrosivos y parasiticidas y
observaron sus virtudes contra las toses pertinaces, afecciones de la
voz y las disneas.
Los médicos árabes usaron también los compuestos de arsénico en
fumigaciones, píldoras y pociones además de en aplicaciones externas.
Durante la Edad Media los compuestos arsenicales cayeron en el olvido
quedando relegados a los curanderos que los prescribían contra la escrófula y el hidrocele.
En el siglo XVIII los arsenicales consiguieron un puesto de primer orden en la terapéutica hasta que fueron sustituidos por las sulfamidas y los antibióticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.