BLOG DE CULTURA CLÁSICA DEL IES FRANCESC RIBALTA DE CASTELLÓN


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martes, 10 de febrero de 2015

HERACLES Y ÍOLE.

Íole o Yole, (en griego antiguo: Ἰόλη), en la mitología griega, era la hija de Euríto, rey de la ciudad de Escalia. Según el breve epítome del llamado Apolodoro, Éurito tuvo una joven y bella hija llamada Íole a la que buscaba marido. Íole fue pretendida por Heracles pero Éurito le denegó la mano de su hija. Indirectamente Íole sería la causa de la muerte de Heracles por los celos de su esposa. 
El amor de Heracles por Íole lo lleva hasta la muerte. Apolodoro cuenta que Éurito un día prometió otorgar la mano de Íole a quien lograra batir su marca y la de sus hijos en una competición de tiro con arco. Éurito era un experto arquero y había enseñado todo su saber sobre el arco y las flechas a sus hijos. Heracles, que había oído hablar del premio, participó con entusiasmo por su preciada Íole. Heracles disparó al blanco, acertando en la diana tan precisamente que incluso batió las marcas previamente ganadoras. La ironía era que el propio Éurito había enseñado hace años a Heracles a tirar con arco. Y aquí podemos ver a Íole con la flecha.

 

Cuando el rey se dio cuenta que Heracles estaba ganando, detuvo la competición y no le permitió seguir. Tenía miedo que Heracles pudiese matar a Íole y a sus futuros nietos si Heracles volvía a enloquecerse. Aunque Heracles había ganado la competición en buena lid, no tenía derecho al premio por su reputación. Así, Éurito rompió su promesa de conceder su hija al ganador. 

Después de la competición de tiro con arco, Heracles fue a Calidón, donde en las gradas del templo, Heracles vio aDeyanira, hermana del príncipe Meleagro. Heracles se olvidó de Íole, al menos por el momento, ya que Deyanira era una buena opción para los hijos que ansiosamente deseaba. La estuvo cortejando y finalmente lo consiguió y se casó con ella. Ésta fue raptada por Heracles, que tras la batalla, celebró un festín para celebrar la victoria. Deyanira, presa de la envidia, untó unas de las ropas de Heracles con la sangre del centauro Neso, a la que creía una pócima del amor. Se lo dio a Licas, sirviente de su marido para que se las llevara a éste. Heracles se las puso sin sospechar y entonces comenzó a sentir un terrible dolor. Cogió a Licas por los pies y lo tiró al mar. Intentó quitarse las ropas, pero se habían pegado a su piel. En cuanto Deyanira se enteró de lo que había hecho, se suicidó. Sin embargo, el veneno no mató a Heracles, pero le hizo sufrir tanto que él mismo ordenó que lo incineraran para terminar con su agonía.



Una película ambientada en este mito es Jasón y los argonautas. 

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